Beatriz Granda
Por Auris Media
“Adquirimos la lengua no a partir de una instrucción sino de una exposición a su uso”
Toda comunidad presenta variaciones lingüísticas particulares, no obstante, algunas de ellas son motivo de segregación. La doctora en Lingüística, Beatriz Granda, nos habla sobre cómo muchos de esos usos tienen una fundamentación que va más allá de un habla correcta o incorrecta del español
La discriminación lingüística es una realidad cotidiana,
afirma Beatriz Granda, existe la valoración del “otro” por su forma de
expresarse, se estigmatizan ciertos usos de los hablantes y, bajo normas que
provienen del paradigma “académico”, juzgamos que alguien habla bien o habla
mal.
Estas formas de hablar, que contravienen los usos convencionales, establecidos y adoptados por los entes reguladores, suelen provenir de comunidades de un nivel económico bajo, rurales o indígenas, pero todas estas variaciones lingüísticas tienen una base gramatical. “Existe una organización de los datos lingüísticos que provienen de procedimientos cognitivos, no son ocurrencias caprichosas”, señala Granda.
Doctora en Lingüística y Maestra en Lingüística Aplicada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Beatriz Granda indica que existen muchos ejemplos de estas variaciones. Unas de ellas es el uso de la “s” en la conjugación de la segunda persona en pretérito.
“Es un uso frecuente en México y otros países de habla hispana, que consiste en agregar una s final en el verbo: tuvistes, fuistes, comistes, lo cual no se adecua al estándar normativo y es considerado de hablantes poco instruidos. Pero en el paradigma de la lengua, la segunda persona lleva “s” al final en otros tiempos verbales: traes, vienes (en presente), traerás, vendrás (en futuro), tenías, venías (en otra forma del pasado). Esta variación se puede ver simplemente como una regularización que proviene de procesos cognitivos”.
Antes de referirse a usos correctos o incorrectos del habla, Granda prefiere aludir a usos que se apegan o no a la norma académica, institucionalizada, donde el ente regulador por excelencia es la Real Academia Española (RAE).
También, sostiene, es importante considerar las variables de orden regional, social, temporal, ya que cada individuo cuando habla o escribe realiza una variedad idiolectal.
“Todos aprendemos la lengua para comunicarnos con quienes nos rodean: adquirimos la lengua no a partir de una instrucción, sino de una exposición a su uso en una comunidad dialectal. Un ejemplo muy interesante, es el del spanglish, que surge de una necesidad de comunicarse de una comunidad en un contexto de contacto de lenguas, y es todo un ejemplo de variable dialectal del español con características propias”, afirma.