TEMAS

Una aproximación intercultural a nuestra realidad
(27, 28 y 29 de noviembre de 2017)

Temas centrales del evento

El intercambio en la comunicación global, ha demostrado que no es suficiente el reconocimiento de la diversidad cultural y la multiculturalidad regional para avanzar en una cultura de paz, incluyente y equitativa. Mientras el discurso apela a este tipo de convivencia mundial, la interacción cotidiana revela incomprensiones y confrontaciones. La aceptación y reconocimiento de la identidad del “otro” o de la “otredad” es fundamental para superar el afán de homologar “ciudadanos”, “consumidores”, al crear pautas sociales de discriminación, racismo, xenofobia y exclusión. Una prueba trágica de esta situación la encontramos, entre otras, en el fenómeno de las migraciones masivas.

Si bien existe un discurso “intercultural funcional” que admiten las instituciones, la realidad de las prácticas y las relaciones que caracterizan el intercambio global se rigen por los intereses hegemónicos de los centros de poder. Sin embargo, este mismo discurso ha abierto posibilidades a manifestaciones identitarias que hacen visible la desigualdad y que han avivado el debate académico sobre el papel de las identidades en un verdadero diálogo intercultural.

Entendemos el diálogo intercultural como un proceso de construcción y encuentro que brinde la oportunidad del mutuo conocimiento, en el que se promueva la apertura y la conciencia crítica que proporciona la diversidad cultural. De acuerdo con Gilberto Giménez, uno de nuestros especialistas invitados:

[…] 1) es válido celebrar y exaltar las diferencias culturales, pero sin encubrir sus fundamentos estructurales, que son la estructura de la desigualdad social y la disimetría del poder: las culturas no sólo son diferentes, sino también desiguales; 2) es válido celebrar y exaltar las diferencias culturales, pero sin debilitar o cancelar al mismo tiempo, contradictoriamente, esas mismas diferencias mediante la instauración del individualismo globalizado, que es precisamente lo que hace el estado y las instituciones centrales de la modernidad, convirtiendo las diferencias culturales en “diferencias de fachada”.
Por ello, consideramos que este tema es sumamente importante, para repensar y reelaborar las nociones conceptuales con las que abordamos el análisis del problema de la identidad en el encuentro intercultural, para lograr una aproximación “sentipensante” que nos permita coadyuvar en la eliminación de las desigualdades sociales y siente las bases para pensar una identidad intercultural latinoamericana incluyente.

Las sociedades americanas se han vuelto más complejas debido a diversos factores como el ejercicio de la democracia en la región, los nuevos consumidores, las nuevas demandas culturales, la pobreza y la relación del poder, los nuevos movimientos sociales y los actores en la lucha por la transparencia informativa, los grupos de paz, la reconciliación, el ejercicio de los derechos humanos en la desigualdad, entre otros.

Repensar la realidad de Nuestra América ante los cambios políticos recientes que se han dado en la región, es una tarea urgente que requiere de un intercambio de saberes, experiencias y alternativas para fortalecer la unión y contribuir de una forma más eficaz y asertiva en la construcción de una cultura de inclusión y respeto, para lograr una mayor equidad en la convivencia intercultural.

De acuerdo con Horacio Cerutti-Guldberg, quien participará en la mesa II del simposio:

[…] La memoria no es sólo memoria individual, sino eludiblemente también colectiva y nos excede ampliamente en el tiempo.
[…] Es siempre desde el presente que se reconstruye historiográficamente el pasado y se trabaja en la construcción de un futuro auténticamente alternativo. Porque sólo hay un presente, aunque ─digámoslo así─ dispongamos de pasados y futuros para reconstruirlos y proyectarlos respectivamente.
La apertura de este diálogo interregional, constituye un paso fundamental para la construcción de saberes interculturales que nos permitirán solucionar problemáticas propias de la región.

En el mundo de la ciencia y la tecnología, la sociedad de la información contemporánea ha puesto sobre la mesa la transformación y la generación del conocimiento como un elemento estratégico para los cambios sociales. Es consenso general que el conocimiento científico, técnico y cultural se acumula, lo que produce amplias discusiones son las formas en que se acopia y se distribuye.

Los parámetros y métodos de las ciencias sociales también se han alterado al girar hacia lo lingüístico, al colocar viejos paradigmas sociales, políticos y filosóficos a niveles discursivos de relativismo simple.

Las posibilidades cibernéticas (entre muchas otras), aplicadas a diversas transformaciones tecnológicas, afectan las formas del conocimiento, principalmente en sus métodos de investigación y de transmisión. La comercialización de todo tipo de información ha modificado su clasificación, su disposición, explotación y circulación, de tal manera que la naturaleza del conocimiento ha cambiado para convertirse en “operativo”, para ser traducido y clasificado en los canales informáticos.

Los estudios de Martín Barbero (que aborda lo que se tratará en la mesa III) señalan que:

La inserción de nuestros países en los desafíos y potencialidades de las tecnologías digitales pasa por un proyecto compartido de investigación acerca de los modos en que las culturas locales ─municipios, etnias, regiones─ se están apropiando de las culturas virtuales. Esto es, de las modalidades de interacción en las redes de información que las comunidades seleccionan y desarrollan, de las transformaciones que sus usos introducen en la vida colectiva, y de los nuevos recursos ─técnicos, humanos─ requeridos para volver socialmente esas interacciones creativas y productivas.
El trabajo teórico tiene una serie de implicaciones prácticas de suma importancia en el ámbito educativo, ello requiere de nuevas y amplias plataformas de espacios de diálogo interdisciplinario, que posibiliten un debate realmente crítico, para los que buscamos otro mundo, el cual no sólo es posible, sino necesario.